mercredi 16 décembre 2009

Honduras Primero : Carta al Presidente electo de Honduras

Castellano - Article en Français par Honduras Démocratique

14 de diciembre de 2009

Señor Porfirio Lobo Sosa

Presidente Electo de Honduras.

Felicitaciones por haber alcanzado aquello que con tanto ahínco ha buscado. Este es un momento oportuno para recordarle que Dios le ha permitido llegar a tal posición, y que a quien mucho le es dado, mucho le es exigido.

Honduras esta viviendo momentos históricos, y usted ha sido elegido con el mayor porcentaje y número de votos que cualquier otro candidato en nuestra historia, pero es bueno que tenga presente que ---como en el caso de Mel Zelaya--- nadie esta por encima de la ley. Una gran parte de los votantes fuimos a las urnas en busca de una solución al problema creado por Zelaya y sus compinches, creyendo que el Partido Nacional es el único que en estos momentos tiene la capacidad de sacar el país adelante. Mucha gente votó por el Partido Nacional no necesariamente creyendo que tenía al mejor candidato, pues aun recuerdan la ausencia de una oposición a los desmanes de Zelaya y sus allegados, la callada reacción a los insultos del dictador Chávez durante la adhesión de Honduras al ALBA, la pocas hombría de la bancada nacionalista en el Congreso Nacional al no votar en contra del ALBA y Petrocaribe, el apoyo a la cuarta urna, la falta de definición en cuanto a los sucesos del 28 de junio, y el considerar la lucha del pueblo en defensa de la democracia como “un problema entre liberales”.

Votamos pensando en el bienestar de Honduras, y considerando que es tiempo de un cambio en cuanto a la política. Estamos cansados de los políticos y la política tradicionales, y nos preocupa ver que existe el peligro que ese cambio no ocurra. Para el caso, parece que se quiere mantener la práctica tradicional de la impunidad para los políticos corruptos y delincuentes, ya que figuras importantes del Partido andan cabildeando ---y clamando públicamente--- por una amnistía para los delitos políticos de Zelaya y sus secuaces. La mayoría de los hondureños estamos opuestos a ello por la sencilla razón que se debe sentar un precedente y dar un escarmiento a quienes han traicionado a la Patria, que estaban sometiendo nuestra soberanía a la voluntad de un energúmeno dictador, y que claman a los cuatro vientos por la imposición de sanciones políticas y económicas contra nuestro pueblo. Los hondureños reclamamos cero amnistía para Zelaya y los suyos, quienes despilfarraron aviesamente los recursos del pueblo. Entendemos muy bien que con una amnistía se beneficiaría también a los diputados y políticos de varios partidos que propusieron la convocatoria a una asamblea constituyente o una asamblea “constitucional” cuyo fin era reformar los artículos pétreos; pero consideramos que ellos son responsables de anteponer sus intereses personales a los de la Patria, y deben responder por sus actos. Algunos alegan que la amnistía es para salvar al presidente Micheletti y otros actores de la transición constitucional del 28 de junio; esto no tiene base legal ni legitima, pues tendrían que demandar a casi todos los miembros del Congreso Nacional, de la Corte Suprema de Justicia, al fiscal general, la procuradora de la republica, algunos jueces y al casi 85% de la población que apoya la remoción de Zelaya.

El presidente electo debe darse cuenta que está y seguirá siendo sometido a presiones por parte de los gobiernos izquierdistas para que negocie con Zelaya, pero que sus intereses fundamentales deben ser el bienestar del país y del pueblo a largo plazo. El único camino que se puede ofrecer a Mel es el de la cárcel. El dejarlo ir a otro país es abrirle la puerta para que continúe confabulándose en contra de Honduras. El presidente electo también debe recordar que todavía no asume el poder y que, por lo tanto, toda negociación ---de haberla--- debe ser hecha por las autoridades legítimamente constituidas hasta el 27 de enero de 2010, lideradas por el presidente Roberto Micheletti, quien demuestra que su amor a Honduras es primero.

En estos momentos el presidente electo debería estar enfocando su atención en desarrollar un plan de país a largo plazo, así como su plan de trabajo para su periodo presidencial; en formar su gabinete con los mejores hombres y mujeres del país, nombrándolos desde ahora para que puedan arrancar sus programas desde el 28 de enero; en establecer su plan anticorrupción para tratar de controlar ese cáncer que corroe a la administración pública; a prepararse para combatir el narcotráfico y el crimen organizado; a determinar los privilegios que se deben reducir a ciertos grupos de este país, en beneficio de la mayoría; a determinar el beneficio que obtiene Honduras en sus relaciones con ciertos países y organizaciones internacionales, y cortar las relaciones con aquellos que nos perjudiquen o simplemente no dejen nada beneficioso al país. No queremos más de lo mismo; exigimos un cambio real.

Señor presidente electo, queremos un presidente que no ande pregonando la conciliación por todos lados sin darse cuenta que la conciliación no es posible con todo mundo. Hay momentos en que el individuo debe levantarse y mantenerse firme en defensa de sus principios, como lo demuestra la historia. El británico Chamberlain quiso ser conciliador, y Hitler se tomó casi toda Europa. Tuvieron que levantarse hombres como Churchill y Roosevelt para poder detener a Hitler. En su caso, no hay razón para tratar de negociar con Zelaya, Arias, Chávez, Insulza, Lula y otros que desean perjudicar a Honduras, si no se tiene como prioridad la defensa firme de los sagrados intereses de Honduras. A este respecto, es una lástima que el presidente Micheletti no tenga un período de cuatro años.

Honduras espera y reclama un cambio. Los hondureños despertamos de nuestro letargo cuando nos dimos cuenta que el cambio ofrecido por Mel Zelaya no era el que queremos. Seguimos prontos y firmes a defender nuestra libertad y Constitución si el cambio que se trate de implantar no es el ansiado.

Atentamente,

Honduras Primero.

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Français
Honduras Primero : Lettre au Président élu du Honduras

14 décembre 2009

Monsieur Porfirio Lobo Sosa

Président Élu du Honduras.

Toutes nos félicitations pour avoir atteint la Magistrature Suprême, ce que vous avez cherché avec tant un d'acharnement. C'est le moment opportun pour vous rappeler que Dieu vous a permis d'atteindre cette position et, que l'on exige beaucoup de celui à qui l'on a beaucoup donné.

Le Honduras vit des moments historiques. Dans notre histoire, vous êtes le président qui a été élu avec le plus grand pourcentage et le plus grand nombre de votes, mais il est bon que vous vous souveniez que, tout comme Mel Zelaya, personne n'est au-dessus des lois. Une grande partie des votants sont allés voter dans le but de rechercher une solution au problème créé par Zelaya et ses acolytes, croyant qu'à l'heure actuelle, le Parti National est le seul ayant la capacité de faire avancer le pays . Beaucoup d'entre nous ont voté pour le Parti National tout en sachant qu'il n'avait pas nécessairement le meilleur candidat. Nous n'avons pas oublié ; l'absence d'opposition aux excès de Zelaya et ses proches, à la réaction silencieuse aux insultes du dictateur Chávez lors de l'adhésion du Honduras à l'ALBA, le manque de virilité du groupe nationaliste au Congrès National pour pas avoir voté contre l'ALBA et Petrocaribe, le soutien à la quatrième urne, le manque de prise de position lors des événements du 28 juin, et le fait de considérer la lutte du peuple dans la défense de la démocratie comme “un problème entre des libéraux”.

Nous avons voté en pensant au bien-être du Honduras et, en considérant que nous vivons un temps de changement politique. Nous en avons assez des hommes politiques traditionnels et de la politique traditionnelle. Nous sommes préoccupés, car nous savons qu'existe le danger que ce changement n'arrive pas. Il semble que l'on veuille maintenir la pratique traditionnelle de l'impunité pour les hommes politiques corrompus et les délinquants, puisque des figures importantes du Parti, intriguent, en implorant publiquement, une amnistie pour les délits politiques de Zelaya et ses acolytes. La majorité des Honduriens sont opposés à cela, pour la simple raison que l'on doit établir un précédent et donner une leçon ; à ceux qui ont trahi la Patrie, à ceux qui soumettaient notre souveraineté à la volonté d'un "dictateur énergumène", à ceux qui criaient aux quatre vents qu'il fallait prendre des sanctions politiques et économiques contre notre peuple. Les Honduriens réclament amnistie zéro pour Zelaya et les siens, qui ont outrageusement gaspillé les ressources du peuple. Nous comprenons très bien que l'amnistie serait également au bénéfice des députés et hommes politiques de plusieurs partis, qui ont proposé la convocation à une assemblée constituante ou à une assemblée "constitutionnelle", dont le but était de réformer les articles pétrés ; mais nous considérons qu'ils sont responsables d'avoir fait passer leurs intérêts avant ceux de la Patrie et, ils doivent répondre devant la loi pour les actes commis. Certains allèguent que l'amnistie est pour sauver le président Micheletti ainsi que d'autres acteurs, de la transition constitutionnelle du 28 juin; cela n'a aucune base légale ni légitime, car ils auraient à poursuivre presque tous les députés de Congrès National, de la Cour Suprême de Justice, le procureur général, le procureur de la république, quelques juges et presque 85 % de la population qui soutient la destitution de Zelaya.

Le président élu doit se rendre compte qu'il est, et continuera d'être soumis à des pressions de la part des gouvernements gauchistes, afin qu'il négocie avec Zelaya, mais que ses intérêts fondamentaux doivent être a long terme, le bien-être du pays et du peuple. La seule voie que l'on puisse offrir à Mel est celle de la prison. Le laisser partir vers un autre pays, est ouvrir la porte à ce qu'il continue de conspirer contre le Honduras. Le président élu doit aussi se souvenir qu'il n'est pas encore au pouvoir et, qu'en conséquence, toute négociation, s'il en existe, doit être faite par les autorités légitimement constituées jusqu'au 27 janvier 2010, dirigées par le président Roberto Micheletti, qui démontre que son amour pour le Honduras passe en premier.

A l'heure actuelle le président élu devrait concentrer son attention au développement d'un plan à long terme pour le pays, ainsi qu'à son plan de travail pour la période présidentielle; former son cabinet avec les meilleurs éléments hommes et femmes du pays, les nommant dès à présent pour qu'ils puissent commencer leurs programmes dès le 28 janvier; établir son plan anti corruption pour essayer de contrôler ce cancer qui ronge l'administration publique; se préparer à combattre le trafic de stupéfiants et le crime organisé ; déterminer pour certains groupes de ce pays, la réductions de privilèges, et ce, au bénéfice de la majorité; déterminer le bénéfice que tire le Honduras de ses relations avec certains pays et organisations internationales et, rompre les relations avec ceux qui nous nuisent ou ne laissent simplement rien d'avantageux au pays. Nous ne voulons plus la même chose ; nous exigeons un réel changement.

Monsieur le président élu, nous voulons un président qui n'aille pas de-ci de-là, annoncer la conciliation, sans se rendre compte que la conciliation n'est pas possible avec tout monde. Comme l'histoire le démontre, il y a des moments dans lesquels l'individu doit se dresser et être catégorique en défense de ses principes. Le britannique Chamberlain a voulu être conciliateur et, Hitler a pris possession de presque toute Europe. Ce sont des hommes comme Churchill et Roosevelt qui se sont dressés pour pouvoir arrêter Hitler. Dans votre cas, il n'y a aucune raison pour essayer de négocier avec Zelaya, Arias, Chávez, Insulza, Lula et d'autres , qui désirent nuire au Honduras, si l'on n'a pas comme priorité la défense ferme des intérêts sacrés du Honduras. À ce sujet, il est fort dommage que le président Micheletti ne dispose pas d'une période de quatre ans à la présidence.

Le Honduras attend et réclame un changement. Nous, les Honduriens, nous sommes réveillés de notre léthargie, lorsque nous nous sommes rendus compte que le changement offert par Mel Zelaya n'était pas celui que nous voulions. Nous restons prompts et fermes en défense de notre liberté et de notre Constitution, si le changement qui essaie de s'implanter n'est pas le désiré.

Courtoisement,

Honduras Primero


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