Carta à la Nación de Roberto Micheletti Baín
Presidente Constitucional de la República de Honduras
Noviembre 29, de 2009
Heroico pueblo de Honduras:
Me presento ante ustedes para celebrar que completamos satisfactoriamente este día de elecciones. Tomo unos minutos en este paréntesis que me ausentó por unos días para decir a la nación unas palabras que servirán para consolidar la tarea desarrollada por todos los hondureños y hondureñas de buena voluntad.
Hemos vivido sin duda, una de las jornadas históricas más importantes de nuestro país, de Centro América, de Latinoamérica y del mundo que vive en democracia. Hemos confirmado al mundo entero, que todos los países, aún los pequeños, tenemos la grandeza del espíritu a flor de piel en todos y cada uno de los ciudadanos que participan en la construcción de su futuro.
Por eso, saludo con el corazón en la mano a todos los hondureños que hoy ejercieron el voto, que desafiaron, al igual que este equipo de gobierno, la presión internacional, el miedo que sembraron los sectores radicales, la intimidación de los enemigos del pueblo y todos el odio plantado para impedir el ejercicio en plena libertad el derecho soberano de hacer respetar nuestras leyes y concurrir con entusiasmo a las urnas para elegir a nuestro próximo presidente.
Cada voto emitido representa el valor que los hondureños damos a nuestra libertad de decidir. Cada voto es la voz de un pueblo que pide respeto y que a cambio, se compromete con hacer respetar la ley por sobre todas las cosas. Por eso, traigo ante ustedes el pensamiento de Albert Einstein, quien dijo: “Mi política ideal es la democracia. Dejar que cada hombre sea respetado como un individuo y que no se idolatre a ningún hombre”. Hemos dado una muestra clara de que este pensamiento está vivo en Honduras y que ello nos enorgullece.
Más aún: cada voto es la validación del esfuerzo que Honduras ha hecho para corregir su rumbo y continuar construyendo la nación dentro del sistema democrático y republicano. Honduras no es propiedad de nadie más que del pueblo hondureño y nos ha tocado a los políticos que amamos Honduras, asumir la responsabilidad de reencauzar el rumbo de la nación hacia el marco de respeto a la ley.
Si en el camino ha sido preciso alejarnos de los amigos, seguros estamos que el tiempo y Ustedes, orgullosos ciudadanos hondureños, nos dará la razón. Los amigos volverán y su corazón abrirá las puertas de par en par a esta nación valiente, progresista y siempre comprometida con la democracia y la ley.
Nadie mejor que los hijos de esta tierra de Morazán sabemos cuánto dolor y angustia nos ha costado el derecho a completar esta jornada llena de decisiones y sueños.
Nadie más comprenderá cuánta angustia ha significado para Honduras el enfrentamiento entre hermanos y la destrucción de la concordia nacional.
Nadie más que los hondureños comprenderá que nace un nuevo día y se acerca otro poco el momento en que el equipo de gobierno de transición completará su tarea entregando el poder sin condicionamiento alguno al gobernante que la mayoría de los ciudadanos hemos elegido.
Y por supuesto, nadie más que los hondureños saboreará esta noche el exquisito sabor de la dignidad, de la libertad y del derecho a defender la honra nacional en las urnas.
Como parte del equipo de gobierno, me complace sobremanera llegar a este momento. Noches enteras sin dormir, días de conflicto y un tiempo interminable de aflicción precedieron a este instante, cuando completamos un paso más del proceso de servicio y protección de los más caros valores patrios.
Si inicialmente la jornada fue compleja y delicada porque la comunidad internacional nos dejó solos en la tarea de defender a nuestro país y sus leyes, cada momento vivido al frente de la nación significa para el equipo de gobierno y para los miles de ciudadanos que nos alentaban, una prueba de fortaleza que siempre supe, podríamos superar todos los hondureños.
La mejor prueba de que somos una nación con futuro, está en las sonrisas que vimos a lo largo de la jornada en las interminables filas de votantes. Cada corazón, cada voluntad, cada ilusión encerrada en el voto, devuelve la fe que tratamos de rescatar desde que se inició el actual proceso.
En el camino, muchas cosas han cambiado. Hoy somos un país con comprobada soberanía, sin temor de defender su dignidad ante los más grandes, y con la fe en que si actuamos dentro del marco de la ley, todo lo podemos lograr. Más allá del papel, de los discursos, hoy nuestra Honduras salió a confirmarle al mundo que es una nación digna, libre, sin imposiciones y con mucho orgullo por sí misma.
Nuestra oraciones constantes tuvieron su recompensa: el pueblo hondureño ha reaccionado y se presenta más que nunca, como un ejemplo de dignidad y de completo compromiso con la democracia.
Agradezco a los electores por este acto de fe en el futuro. No son apoyos para el equipo de gobierno, sino antes bien, cada voto fue la confirmación de que somos una nación que merece el respeto de todos, y que será reubicada dentro del concierto internacional, como un país de gente valerosa, con principios y con entereza plena.
Nada de esto hubiera sido posible sin el respaldo de los ciudadanos a quienes nos correspondió la tarea de proteger la democracia y la libertad soberana del pueblo hondureño. Somos al final del día un equipo de trabajo formado con ciudadanos de diversa tendencia ideológica que enfrentó el desafío de hacer respetar la ley por encima de todos los factores de distorsión.
El Congreso de la República, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Electoral, la Fiscalía la Procuraduría, la Policía y el Ejército deben sentirse complacidos por el camino iluminado con su trabajo y compromiso con la libertad de este país. De todos ellos podemos sentirnos más que orgullosos, porque son el respaldo que esta nación requirió en su momento para continuar el camino de la dignidad, que hoy hemos recorrido un poco más.
Como parte del equipo de gobierno, estoy convencido que ninguna satisfacción más grande tendré en mi vida: estoy sirviendo a mi patria, a mis convicciones, pero sobre todo, a cada persona que cree en la fortaleza de nuestra Honduras, en nuestro futuro y nuestra capacidad para salir adelante.
Las votaciones han concluido. El equipo de gobierno saluda a todos y cada uno de los candidatos, a los ganadores y a los que tuvieron el valor de enfrentar la situación y hacer propuestas para salvar al país de las más nefastas influencias. Saludo a los líderes de todos los rincones patrios, allá donde el proceso electoral se desarrolla con total sacrificio, pero donde sin duda, la esperanza es la razón de trabajar para que una idea se convierta en un proyecto que todos seguiremos.
La historia patria aplaudirá el esfuerzo de los candidatos de todos los partidos que participaron entusiastamente. En lo personal, no puedo sino compartir con todos ellos la emoción de haber convocado exitosamente al pueblo y de vencer con el poder de la palabra y la fe en el futuro, a los enemigos del proceso que honra la voluntad popular por medio del voto.
Sin el valor tremendo demostrado por los candidatos, estas elecciones nunca se hubieran llevado a cabo. Gracias a todos ellos por demostrar con acciones su compromiso con el futuro de la nación.
De la misma manera, agradezco el entusiasmo de las autoridades electorales, de los partidos políticos y, los delegados a las mesas electorales, porque ellos son la garantía de que la voluntad popular fue totalmente respetada y respaldada por la transparencia. Cito las palabras de Abraham Lincoln en el Pronunciamiento de Gettysburg, el 19 Noviembre de 1893. “El mundo poco notará o ni recordará por mucho tiempo lo que nosotros digamos aquí, pero nunca podrá olvidar lo que ellos aquí hicieron”. Estoy seguro que ellos, todos y cada uno de los garantes de nuestras elecciones libres, llevarán en el alma el orgullo de haber escrito con su esfuerzo esta página de la historia nacional.
Luego de este momento de euforia que precede al anuncio de los resultados, el equipo de gobierno se detiene un momento para compartir algunas reflexiones sobre los pasos que aun debemos dar para que el país complete de nuevo el sagrado ciclo de la democracia.
Estimamos que es tarea impostergable iniciar el camino de la unificación nacional en torno a proyectos de futuro, para que todos caminemos juntos y sin equivocación, hacia las metas que la realidad exige.
No solo tenemos al frente la tarea de recuperar lo perdido en estos meses de conflicto, sino más allá, debemos trabajar juntos para que la pobreza, la falta de educación, la inseguridad y todos esos problemas que nos roban el sueño, comiencen a ser gestionados de inmediato, sin excusa ni demora alguna.
Ese trabajo solo puede emprenderlo el nuevo gobernante si tiene ante sí una Honduras unificada, convencida de su fortaleza y comprometida con su futuro. Desde el Congreso de la República, el cual me honro con haber integrado, así como por todos y cada uno de los cargos políticos e iniciativas empresariales que he desarrollado en lo personal, he conocido la realidad del país. Sin embargo, al frente del equipo de gobierno, he completado esa visión y por ello clamo ahora para que nos unamos como país y luchemos juntos, más allá de los colores políticos, para avanzar como nación hacia los retos pendientes.
Este proceso de unificación pondrá las grandes virtudes de Honduras a la par de su imponderable valor como nación soberana. El desarrollo del potencial humano y empresarial, debe ir de la mano de esta extraordinaria muestra de pudor y valentía como nación.
Hemos demostrado al mundo que somos un país cuya dignidad debe ser respetada. Ahora, nuestra tarea como pueblo es orientar ese mismo valor para conseguir las metas más importantes que facilitarán la vida y el trabajo a nuestros hijos y nietos. Somos nosotros y ellos quienes tenemos la responsabilidad de proteger desarrollar el país. Somos todos juntos los que exigiremos a nuestras autoridades guiar la nación y el Estado respetando la ley y poniéndose al servicio del pueblo y sus necesidades.
Aprovecho esta reflexión hacia el futuro, para agradecer el respaldo que líderes morales del país dieron a este momento de nuestra democracia. Sin el valor de ellos, sin el compromiso de sus sectores y sin el desafío que ellos significaron para el abuso y el anonimato de sus agresores, este país jamás habría avanzado tan rápidamente hacia una meta tan compleja, como hoy celebramos.
Honduras: hoy más que nunca, emprendemos un camino propio, sin condiciones ni órdenes. Más que nunca, hemos demostrado que somos dueños de nuestro destino, arquitectos de nuestro futuro, médicos de nuestra propia salud como nación.
Nos toca vivir en pleno el futuro y hacer nuestra la frase del clásico filósofo Platón: “La libertad está en ser dueños de la propia vida”
Dios bendiga a Honduras. Viva Honduras!!!!
Hemos vivido sin duda, una de las jornadas históricas más importantes de nuestro país, de Centro América, de Latinoamérica y del mundo que vive en democracia. Hemos confirmado al mundo entero, que todos los países, aún los pequeños, tenemos la grandeza del espíritu a flor de piel en todos y cada uno de los ciudadanos que participan en la construcción de su futuro.
Por eso, saludo con el corazón en la mano a todos los hondureños que hoy ejercieron el voto, que desafiaron, al igual que este equipo de gobierno, la presión internacional, el miedo que sembraron los sectores radicales, la intimidación de los enemigos del pueblo y todos el odio plantado para impedir el ejercicio en plena libertad el derecho soberano de hacer respetar nuestras leyes y concurrir con entusiasmo a las urnas para elegir a nuestro próximo presidente.
Cada voto emitido representa el valor que los hondureños damos a nuestra libertad de decidir. Cada voto es la voz de un pueblo que pide respeto y que a cambio, se compromete con hacer respetar la ley por sobre todas las cosas. Por eso, traigo ante ustedes el pensamiento de Albert Einstein, quien dijo: “Mi política ideal es la democracia. Dejar que cada hombre sea respetado como un individuo y que no se idolatre a ningún hombre”. Hemos dado una muestra clara de que este pensamiento está vivo en Honduras y que ello nos enorgullece.
Más aún: cada voto es la validación del esfuerzo que Honduras ha hecho para corregir su rumbo y continuar construyendo la nación dentro del sistema democrático y republicano. Honduras no es propiedad de nadie más que del pueblo hondureño y nos ha tocado a los políticos que amamos Honduras, asumir la responsabilidad de reencauzar el rumbo de la nación hacia el marco de respeto a la ley.
Si en el camino ha sido preciso alejarnos de los amigos, seguros estamos que el tiempo y Ustedes, orgullosos ciudadanos hondureños, nos dará la razón. Los amigos volverán y su corazón abrirá las puertas de par en par a esta nación valiente, progresista y siempre comprometida con la democracia y la ley.
Nadie mejor que los hijos de esta tierra de Morazán sabemos cuánto dolor y angustia nos ha costado el derecho a completar esta jornada llena de decisiones y sueños.
Nadie más comprenderá cuánta angustia ha significado para Honduras el enfrentamiento entre hermanos y la destrucción de la concordia nacional.
Nadie más que los hondureños comprenderá que nace un nuevo día y se acerca otro poco el momento en que el equipo de gobierno de transición completará su tarea entregando el poder sin condicionamiento alguno al gobernante que la mayoría de los ciudadanos hemos elegido.
Y por supuesto, nadie más que los hondureños saboreará esta noche el exquisito sabor de la dignidad, de la libertad y del derecho a defender la honra nacional en las urnas.
Como parte del equipo de gobierno, me complace sobremanera llegar a este momento. Noches enteras sin dormir, días de conflicto y un tiempo interminable de aflicción precedieron a este instante, cuando completamos un paso más del proceso de servicio y protección de los más caros valores patrios.
Si inicialmente la jornada fue compleja y delicada porque la comunidad internacional nos dejó solos en la tarea de defender a nuestro país y sus leyes, cada momento vivido al frente de la nación significa para el equipo de gobierno y para los miles de ciudadanos que nos alentaban, una prueba de fortaleza que siempre supe, podríamos superar todos los hondureños.
La mejor prueba de que somos una nación con futuro, está en las sonrisas que vimos a lo largo de la jornada en las interminables filas de votantes. Cada corazón, cada voluntad, cada ilusión encerrada en el voto, devuelve la fe que tratamos de rescatar desde que se inició el actual proceso.
En el camino, muchas cosas han cambiado. Hoy somos un país con comprobada soberanía, sin temor de defender su dignidad ante los más grandes, y con la fe en que si actuamos dentro del marco de la ley, todo lo podemos lograr. Más allá del papel, de los discursos, hoy nuestra Honduras salió a confirmarle al mundo que es una nación digna, libre, sin imposiciones y con mucho orgullo por sí misma.
Nuestra oraciones constantes tuvieron su recompensa: el pueblo hondureño ha reaccionado y se presenta más que nunca, como un ejemplo de dignidad y de completo compromiso con la democracia.
Agradezco a los electores por este acto de fe en el futuro. No son apoyos para el equipo de gobierno, sino antes bien, cada voto fue la confirmación de que somos una nación que merece el respeto de todos, y que será reubicada dentro del concierto internacional, como un país de gente valerosa, con principios y con entereza plena.
Nada de esto hubiera sido posible sin el respaldo de los ciudadanos a quienes nos correspondió la tarea de proteger la democracia y la libertad soberana del pueblo hondureño. Somos al final del día un equipo de trabajo formado con ciudadanos de diversa tendencia ideológica que enfrentó el desafío de hacer respetar la ley por encima de todos los factores de distorsión.
El Congreso de la República, la Corte Suprema de Justicia, el Tribunal Electoral, la Fiscalía la Procuraduría, la Policía y el Ejército deben sentirse complacidos por el camino iluminado con su trabajo y compromiso con la libertad de este país. De todos ellos podemos sentirnos más que orgullosos, porque son el respaldo que esta nación requirió en su momento para continuar el camino de la dignidad, que hoy hemos recorrido un poco más.
Como parte del equipo de gobierno, estoy convencido que ninguna satisfacción más grande tendré en mi vida: estoy sirviendo a mi patria, a mis convicciones, pero sobre todo, a cada persona que cree en la fortaleza de nuestra Honduras, en nuestro futuro y nuestra capacidad para salir adelante.
Las votaciones han concluido. El equipo de gobierno saluda a todos y cada uno de los candidatos, a los ganadores y a los que tuvieron el valor de enfrentar la situación y hacer propuestas para salvar al país de las más nefastas influencias. Saludo a los líderes de todos los rincones patrios, allá donde el proceso electoral se desarrolla con total sacrificio, pero donde sin duda, la esperanza es la razón de trabajar para que una idea se convierta en un proyecto que todos seguiremos.
La historia patria aplaudirá el esfuerzo de los candidatos de todos los partidos que participaron entusiastamente. En lo personal, no puedo sino compartir con todos ellos la emoción de haber convocado exitosamente al pueblo y de vencer con el poder de la palabra y la fe en el futuro, a los enemigos del proceso que honra la voluntad popular por medio del voto.
Sin el valor tremendo demostrado por los candidatos, estas elecciones nunca se hubieran llevado a cabo. Gracias a todos ellos por demostrar con acciones su compromiso con el futuro de la nación.
De la misma manera, agradezco el entusiasmo de las autoridades electorales, de los partidos políticos y, los delegados a las mesas electorales, porque ellos son la garantía de que la voluntad popular fue totalmente respetada y respaldada por la transparencia. Cito las palabras de Abraham Lincoln en el Pronunciamiento de Gettysburg, el 19 Noviembre de 1893. “El mundo poco notará o ni recordará por mucho tiempo lo que nosotros digamos aquí, pero nunca podrá olvidar lo que ellos aquí hicieron”. Estoy seguro que ellos, todos y cada uno de los garantes de nuestras elecciones libres, llevarán en el alma el orgullo de haber escrito con su esfuerzo esta página de la historia nacional.
Luego de este momento de euforia que precede al anuncio de los resultados, el equipo de gobierno se detiene un momento para compartir algunas reflexiones sobre los pasos que aun debemos dar para que el país complete de nuevo el sagrado ciclo de la democracia.
Estimamos que es tarea impostergable iniciar el camino de la unificación nacional en torno a proyectos de futuro, para que todos caminemos juntos y sin equivocación, hacia las metas que la realidad exige.
No solo tenemos al frente la tarea de recuperar lo perdido en estos meses de conflicto, sino más allá, debemos trabajar juntos para que la pobreza, la falta de educación, la inseguridad y todos esos problemas que nos roban el sueño, comiencen a ser gestionados de inmediato, sin excusa ni demora alguna.
Ese trabajo solo puede emprenderlo el nuevo gobernante si tiene ante sí una Honduras unificada, convencida de su fortaleza y comprometida con su futuro. Desde el Congreso de la República, el cual me honro con haber integrado, así como por todos y cada uno de los cargos políticos e iniciativas empresariales que he desarrollado en lo personal, he conocido la realidad del país. Sin embargo, al frente del equipo de gobierno, he completado esa visión y por ello clamo ahora para que nos unamos como país y luchemos juntos, más allá de los colores políticos, para avanzar como nación hacia los retos pendientes.
Este proceso de unificación pondrá las grandes virtudes de Honduras a la par de su imponderable valor como nación soberana. El desarrollo del potencial humano y empresarial, debe ir de la mano de esta extraordinaria muestra de pudor y valentía como nación.
Hemos demostrado al mundo que somos un país cuya dignidad debe ser respetada. Ahora, nuestra tarea como pueblo es orientar ese mismo valor para conseguir las metas más importantes que facilitarán la vida y el trabajo a nuestros hijos y nietos. Somos nosotros y ellos quienes tenemos la responsabilidad de proteger desarrollar el país. Somos todos juntos los que exigiremos a nuestras autoridades guiar la nación y el Estado respetando la ley y poniéndose al servicio del pueblo y sus necesidades.
Aprovecho esta reflexión hacia el futuro, para agradecer el respaldo que líderes morales del país dieron a este momento de nuestra democracia. Sin el valor de ellos, sin el compromiso de sus sectores y sin el desafío que ellos significaron para el abuso y el anonimato de sus agresores, este país jamás habría avanzado tan rápidamente hacia una meta tan compleja, como hoy celebramos.
Honduras: hoy más que nunca, emprendemos un camino propio, sin condiciones ni órdenes. Más que nunca, hemos demostrado que somos dueños de nuestro destino, arquitectos de nuestro futuro, médicos de nuestra propia salud como nación.
Nos toca vivir en pleno el futuro y hacer nuestra la frase del clásico filósofo Platón: “La libertad está en ser dueños de la propia vida”
Dios bendiga a Honduras. Viva Honduras!!!!
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