Un Manuel Zelaya solitario, refugiado sin poderes en una embajada y con un país y una comunidad internacional que no toleraron su informalidad a la hora de cumplir el acuerdo que sus mismos delegados firmaron, decidió anoche desistir en su pretensión de retornar a la presidencia de la República.
Zelaya confirmó su posición en una carta, llena de errores ortográficos e incongruencias, que remitió ayer al presidente Barack Obama, a quien le reprocha en varios párrafos el giro que dio este país en torno a la crisis en Honduras.
Zelaya confirmó su posición en una carta, llena de errores ortográficos e incongruencias, que remitió ayer al presidente Barack Obama, a quien le reprocha en varios párrafos el giro que dio este país en torno a la crisis en Honduras.
Para leer la carta, descargar el *pdf, siguiendo este enlace
La comunidad internacional había sido clara al afirmar, en reiteradas ocasiones, que respetaría cualquier acuerdo, producto del diálogo, al que llegarian los hondureños .
Es así que los negociadores de Manuel Zelaya y Roberto Micheletti firmaron el 30 de octubre el acuerdo Tegucigalpa / San José en el marco del diálogo Guaymuras.
Una vez firmado el acuerdo Zelaya decidió no cumplir lo pactado, entre ello el relativo a la conformación de un gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.
Este gobierno debió estar conformado el 5 de noviembre; sin embargo, eso no fue posible porque Zelaya se negó a enviar la lista de 10 candidatos para ocupar cargos en el futuro gabinete.
La decisión dejó un mal sabor a la comunidad internacional, que vio cómo el ex presidente irrespetaba el acuerdo.
Error: retirar a Reina
No siendo suficiente el incumplimiento, Zelaya decidió retirar de la Comisión de Verificación a su delegado, Jorge Arturo Reina, pese a que la función de la comisión es precisamente solventar las diferencias que surjan en torno al cumplimiento del acuerdo.
Thomas Shannon, aclaró un día después de firmado el documento, que la conformación del gobierno de Unidad no tenía nada que ver con la restitución.
Zelaya protestó por esas declaraciones y pidió, en una misiva dirigida a Hillary Clinton, que aclarara si Estados Unidos había cambiado su posición en torno a lo ocurrido en Honduras el 28 de junio.
El Departamento de Estado contestó que la posición de Estados Unidos seguía siendo la misma, sin embargo, advirtió que respetarían lo acordado por los mismos hondureños en el acuerdo firmado.
El mundo se alínea
Tras la firma del acuerdo Tegucigalpa, varios países anunciaron el inmediato envío de misiones de observación electoral para los comicios del 29 de noviembre.
Zelaya, en cambio, comenzó a hacer llamados (desde la Embajada de Brasil) para boicotear las elecciones, siendo esto contrario al espíritu del acuerdo, que establece un apoyo irrestricto a las elecciones.
En su carta a Obama, Zelaya afirma que el Acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin efecto, porque ninguno de los 12 puntos es independiente.
Con esta posición, Zelaya da por sentado que ahora no está dispuesto u obligado a cumplir ninguno de los 12 puntos, incluyendo el relativo al proceso electoral.
Pese a los llamados a desconocer el proceso, varios países decidieron acompañar la jornada democrática.
La Unión Europea anunció que no enviará una misión electoral (por la falta de tiempo) pero sí confirmó el arribo de dos expertos en temas electorales para acompañar el proceso.
Colombia retornó a su embajadora Sonia Pereira y anunció que reconocerá las elecciones.
De igual firma, el presidente Martinelli, de Panamá, anunció ayer mismo que reconocerá las elecciones y al presidente que resulte electo.
José Miguel Insulza, en cambio, pese a ser el secretario de la OEA y garante del acuerdo, al igual que Zelaya cambió de opinión y descartó el envío de la misión electoral.
Insulza había afirmado, en reiteradas ocasiones, que respetaría cualquier decisión que tomaran los hondureños.
La decisión fue que ambas partes aceptarían la resolución del Congreso Nacional.
Congreso con la ley
En este punto, Zelaya encuentra otro revés, ya que aún y bajo amenazas, no logra comprometer los votos de la mayoría de diputados para que voten a favor de su restitución.
Varios legisladores denuncian que les enviaron mensajes intimidatorios pero advirtieron que la democracia y la lucha contra la corrupción tiene un precio y por tanto decidirán en base a ley.
Las comisiones de Zelaya y Micheletti reconocieron que el Congreso es la máxima expresión de la representación del pueblo.
UD con presiones
Sumado al rechazo de la comunidad internacional y del Congreso Nacional, Zelaya y la resistencia liberal no logran que el partido Unificación Democrática se retire oficialmente del proceso electoral.
En cambio, las máximas autoridades de ese partido de izquierda le informan que no pueden perder los espacios ganados en comicios libres y le advierten que el acuerdo, desfavorable a todas luces, ni siquiera fue consensuado o consultado con los udeístas.
La resistencia arremete contra Ham y sus dirigentes y los tildan, incluso, de vendidos y acomodados.
Contrario a los deseos de Zelaya, la UD comienza a tapizar la capital con propaganda política y se perfila a ganar más cargos de elección con la propuesta de una constituyente.
Carlos Humberto Reyes, candidato zelayista, si interpuso su renuncia el domingo pasado, por lo que el lunes, en cuestión de segundos, su fotografía en la papeleta pasa por la guillotina electrónica y se va al cesto de la basura.
Periodistas afines se van
Como si esto fuera poco, Zelaya comienza a perder sus principales bastiones en los medios de comunicación. Para el caso, el zelayista Eduardo Maldonado decide subirse al barco elvincista y declara que las elecciones "son legales".
Es así como un Zelaya solitario, abandonado por sus "amigos", con 18 acusaciones judiciales en contra por delitos políticos y de corrupción y relegado sin poderes en la embajada brasileña desde el 21 de septiembre, le notifica a Barack Obama que su lucha por retornar a la presidencia ha terminado.
Así se cierra la triste historia de un hombre que pretendió instalar una constituyente, mediante una consulta amañada, sin imaginarse que todo un pueblo, con dirigentes valientes y militares comprometidos con la patria, frenarían sus abusos y sus afanes de destruir la Constitución, el estado de derecho y el sistema democrático del país.
Yo no acepto ningún acuerdo de retorno
En su carta a Barack Obama, el ex presidente Manuel Zelaya declara: Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de Estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana...
...En mi condición de Presidente electo por el pueblo hondureño, reafirmo mi decisión que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso, YO NO ACEPTO, ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de Estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de los habitantes de nuestro país.
La comunidad internacional había sido clara al afirmar, en reiteradas ocasiones, que respetaría cualquier acuerdo, producto del diálogo, al que llegarian los hondureños .
Es así que los negociadores de Manuel Zelaya y Roberto Micheletti firmaron el 30 de octubre el acuerdo Tegucigalpa / San José en el marco del diálogo Guaymuras.
Una vez firmado el acuerdo Zelaya decidió no cumplir lo pactado, entre ello el relativo a la conformación de un gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional.
Este gobierno debió estar conformado el 5 de noviembre; sin embargo, eso no fue posible porque Zelaya se negó a enviar la lista de 10 candidatos para ocupar cargos en el futuro gabinete.
La decisión dejó un mal sabor a la comunidad internacional, que vio cómo el ex presidente irrespetaba el acuerdo.
Error: retirar a Reina
No siendo suficiente el incumplimiento, Zelaya decidió retirar de la Comisión de Verificación a su delegado, Jorge Arturo Reina, pese a que la función de la comisión es precisamente solventar las diferencias que surjan en torno al cumplimiento del acuerdo.
Thomas Shannon, aclaró un día después de firmado el documento, que la conformación del gobierno de Unidad no tenía nada que ver con la restitución.
Zelaya protestó por esas declaraciones y pidió, en una misiva dirigida a Hillary Clinton, que aclarara si Estados Unidos había cambiado su posición en torno a lo ocurrido en Honduras el 28 de junio.
El Departamento de Estado contestó que la posición de Estados Unidos seguía siendo la misma, sin embargo, advirtió que respetarían lo acordado por los mismos hondureños en el acuerdo firmado.
El mundo se alínea
Tras la firma del acuerdo Tegucigalpa, varios países anunciaron el inmediato envío de misiones de observación electoral para los comicios del 29 de noviembre.
Zelaya, en cambio, comenzó a hacer llamados (desde la Embajada de Brasil) para boicotear las elecciones, siendo esto contrario al espíritu del acuerdo, que establece un apoyo irrestricto a las elecciones.
En su carta a Obama, Zelaya afirma que el Acuerdo Tegucigalpa-San José queda sin efecto, porque ninguno de los 12 puntos es independiente.
Con esta posición, Zelaya da por sentado que ahora no está dispuesto u obligado a cumplir ninguno de los 12 puntos, incluyendo el relativo al proceso electoral.
Pese a los llamados a desconocer el proceso, varios países decidieron acompañar la jornada democrática.
La Unión Europea anunció que no enviará una misión electoral (por la falta de tiempo) pero sí confirmó el arribo de dos expertos en temas electorales para acompañar el proceso.
Colombia retornó a su embajadora Sonia Pereira y anunció que reconocerá las elecciones.
De igual firma, el presidente Martinelli, de Panamá, anunció ayer mismo que reconocerá las elecciones y al presidente que resulte electo.
José Miguel Insulza, en cambio, pese a ser el secretario de la OEA y garante del acuerdo, al igual que Zelaya cambió de opinión y descartó el envío de la misión electoral.
Insulza había afirmado, en reiteradas ocasiones, que respetaría cualquier decisión que tomaran los hondureños.
La decisión fue que ambas partes aceptarían la resolución del Congreso Nacional.
Congreso con la ley
En este punto, Zelaya encuentra otro revés, ya que aún y bajo amenazas, no logra comprometer los votos de la mayoría de diputados para que voten a favor de su restitución.
Varios legisladores denuncian que les enviaron mensajes intimidatorios pero advirtieron que la democracia y la lucha contra la corrupción tiene un precio y por tanto decidirán en base a ley.
Las comisiones de Zelaya y Micheletti reconocieron que el Congreso es la máxima expresión de la representación del pueblo.
UD con presiones
Sumado al rechazo de la comunidad internacional y del Congreso Nacional, Zelaya y la resistencia liberal no logran que el partido Unificación Democrática se retire oficialmente del proceso electoral.
En cambio, las máximas autoridades de ese partido de izquierda le informan que no pueden perder los espacios ganados en comicios libres y le advierten que el acuerdo, desfavorable a todas luces, ni siquiera fue consensuado o consultado con los udeístas.
La resistencia arremete contra Ham y sus dirigentes y los tildan, incluso, de vendidos y acomodados.
Contrario a los deseos de Zelaya, la UD comienza a tapizar la capital con propaganda política y se perfila a ganar más cargos de elección con la propuesta de una constituyente.
Carlos Humberto Reyes, candidato zelayista, si interpuso su renuncia el domingo pasado, por lo que el lunes, en cuestión de segundos, su fotografía en la papeleta pasa por la guillotina electrónica y se va al cesto de la basura.
Periodistas afines se van
Como si esto fuera poco, Zelaya comienza a perder sus principales bastiones en los medios de comunicación. Para el caso, el zelayista Eduardo Maldonado decide subirse al barco elvincista y declara que las elecciones "son legales".
Es así como un Zelaya solitario, abandonado por sus "amigos", con 18 acusaciones judiciales en contra por delitos políticos y de corrupción y relegado sin poderes en la embajada brasileña desde el 21 de septiembre, le notifica a Barack Obama que su lucha por retornar a la presidencia ha terminado.
Así se cierra la triste historia de un hombre que pretendió instalar una constituyente, mediante una consulta amañada, sin imaginarse que todo un pueblo, con dirigentes valientes y militares comprometidos con la patria, frenarían sus abusos y sus afanes de destruir la Constitución, el estado de derecho y el sistema democrático del país.
Yo no acepto ningún acuerdo de retorno
En su carta a Barack Obama, el ex presidente Manuel Zelaya declara: Este proceso electoral es ilegal porque oculta el golpe de Estado militar, y el estado de facto en que vive Honduras no brinda garantías de igualdad y libertad en la participación ciudadana...
...En mi condición de Presidente electo por el pueblo hondureño, reafirmo mi decisión que a partir de esta fecha cualquiera que fuera el caso, YO NO ACEPTO, ningún acuerdo de retorno a la presidencia, para encubrir el golpe de Estado, que sabemos que tiene un impacto directo por la represión militar sobre los derechos humanos de los habitantes de nuestro país.
Fuente : El Heraldo
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire